Fidel Castro se enriqueció con tráfico de cocaína

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Fidel Castro fue el séptimo mandatario más rico del mundo, con una fortuna superior a los US$ 900 millones.

A mediados de 2006, la prestigiosa revista Forbes publicó una sorprendente crónica señalando al sátrapa Fidel Castro como el séptimo mandatario más rico del mundo, con una fortuna superior a los 900 millones de dólares.
La lista de magnates la encabezaba el rey de Arabia Saudí, Abdula Bin Abdelasgz, con 21,000 millones de dólares.

Ya en 2003 dicha publicación internacional había asegurado que el tirano de la isla caribeña tenía en bóvedas de bancos de las Antillas y Líbano 110 millones de dólares, originando la ira de Castro, que catalogó de “libelo” a la revista en una de sus acostumbradas bravatas.

Keith Flamer, autor del informe, señala que Castro, quien había sobrevivido en el poder a más de diez presidentes estadounidenses, “no vivía en palacios ni tenía calles con su nombre, pero era más hipócrita y extravagante de lo que el mundo sabía”.

Extraño para quien años atrás había instaurado un estricto sistema de racionalización y donde los sueldos de los profesionales apenas llegan a los 30 dólares mensuales y donde la mayoría de personas viven en extrema pobreza.

Así pues, el dictador que le escribió a Augusto Zimmermann el 7 de junio de 1970: “Somos políticos y hacemos política, pero en el sentido más revolucionario y honesto de la palabra”, resultó un gran farsante.

Fidel Castro, quien nació en una plantación de caña de azúcar, pasó sus últimos días en los suburbios de La Habana, en un búnker que más parecía un complejo militar con sótanos y blindaje a prueba de ataques aéreos. Pero, ¿cómo amasó su fortuna?

Conexión Búlgara

El martes 23 de noviembre de 1982, carabineros al mando del juez de Trento (Italia), Carlo Palermo, detuvieron a miembros de la cadena de traficantes de armas que proveían a los extremistas de la Media Luna Dorada en Irán, Pakistán y Afganistán, quienes operaban a través de la empresa Stipan International Transports de Milán, que era un organismo de fachada de la siniestra “conexión búlgara”.

Poco después, un informe de la Drug Esforcement Admministration (DEA) confirmó que desde allí se intercambiaba armas para los terroristas de Medio Oriente por drogas, con conocimiento de Radeslav Todoror y otros líderes del Partido Comunista Búlgaro.

Como principal operador de esa mafia se sindicó a Robert Vesco, quien estaba vinculado a traficantes de heroína del “Triángulo Dorado”, que dirigía Christian Dave y que terminó recluido en la cárcel de Lavenworth (Kansas).

Abuser Uguto, otro de los integrantes de esa organización criminal, escapó de Italia y se entregó a las autoridades turcas.
Castro asila A Vesco

Robert Vesco escapó a España y de allí viajó a Cuba, donde Fidel Castro le otorgó asilo, pese a conocer sus antecedentes y que era perseguido por la DEA. 

La revista “Family Weekly”, el 25 de abril de 1984, denunció que Castro y Vesco ocupaban el centro de una gran operación de contrabando de estupefacientes “que incluía una buena parte de los narcóticos que llegaban a los Estados Unidos (…)”. Según cálculos la operación había dejado ganancias de 20,000 millones de dólares tan solo en los últimos cuatro años “Castro había ganado cerca de 50 millones de dólares”.

Analistas de The Rand Corporation estadounidense afirman que por esos años Castro utilizó parte de ese dinero en crear un servicio secreto separado de la Dirección General de Inteligencia (DGI) que controlaba la KGB (servicio secreto de la desaparecida Unión Soviética).

Según esa misma fuente, Vesco indujo a Fidel Castro al narcotráfico y fue inicialmente el capo colombiano Carlos Lehder Rivas el proveedor de cocaína.

El cartel de Lehder requería protección y un lugar de anclaje para sus cargamentos de droga hacia Estados Unidos y Europa, pues a raíz de la salida de José Figeres de la presidencia de Costa Rica, ya ese país no ofrecía garantías en la ruta de las drogas hacia Norteamérica. Cabe recordar que por esos años Lehder financió una campaña propiciada por Ernesto Samper Tizano en favor de la legalización de la marihuana y posteriormente fue denunciado por el ex senador norteamericano Jesse Helms de haber financiado su campaña presidencial con dinero del cartel de Cali.

Pablo Escobar

Analistas de The Rand Corporation señalan que tras la caída de Lehder, el cabecilla del cartel de Medellín Pablo Escobar Gaviria se asoció con Castro en el ilícito negocio.

Jhon Hairo Velásquez (a) “Popeye”, quien fuera lugarteniente de Escobar en su libro “El verdadero Pablo”, hace alusión al vínculo que tuvo el castrismo con el narcotráfico. Narra que su “patrón” decía ”que era un placer hacer negocios con Raúl Castro porque era un hombre serio y emprendedor”.

Cuenta que la operación duró dos años a cargo del general Arnaldo Ochoa (cubano) y el oficial Antonio de la Guardia por orden de Raúl Castro. Indica que en cada vuelo llegaban a los aeropuertos clandestinos del Archipiélago de los Canarreos cargamentos de cocaína de 10 mil a 12 mil toneladas que multiplicaron los ingresos de Escobar.

“Esta ruta llenó las arcas del patrón, quien son tenía liquidez al comenzar los negocios con los cubanos pues la guerra contra los Estados Unidos para evitar la extradición le había demandado muchos recursos”, narra “Popeye”
Relata que los hermanos Castro recibieron 2 mil dólares por kilo de droga que hacía escala en la isla y 200 por pago de resguardo.

Evo en la danza

De otro lado, la revista brasileña “Veja” publicó a inicios de 2017 un informe de la DEA que confirma que Cuba era el centro de operaciones de los carteles de las drogas provenientes en especial de la región de El Chapare, Bolivia, elaborada por elementos del Movimiento al Socialismo (MAS) que tenía como su líder y fundador al entonces presidente del país del Altiplano.

Juan Ramón Quintana entonces embajador boliviano en La Habana es sindicado como el hombre clave en dichos turbios negocios.
Según la DEA, los mayores cargamentos de drogas salieron inicialmente de El Chapare pero poco después desde el Aeropuerto de Viru Viru que estaba bajo la administración de un pariente de Wilber Álvarez Agramonte por muchos años piloto del avión presidencial de Evo Morales.

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