Caso relacionados con la judicialización de la política y politización de la justicia

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El impacto de la corrupción en el ámbito judicial: judicialización de la política y politización de la justicia Hay una asociación evidente entre el incremento de los casos de corrupción, especialmente los que afectan a altos cargos, y el protagonismo político de los poderes judiciales, de acuerdo con un proceso que no deja claro dónde está la causa y dónde el efecto.

Es evidente que los poderes judiciales han cobrado, en las últimas décadas, un protagonismo inédito, complejo y, a veces, polémico en el sistema político, como actores centrales en la resolución de conflictos o tomando decisiones de envergadura política.

De hecho, la centralidad del poderjudicial en el escenario político actual crece a medida que decrece la legitimidad del sistema democrático en su conjunto y de las instituciones de representación política en particular, es decir, de los parlamentos y partidos.

Hay que precisar que el activismo judicial se asocia, entre otros factores60, a coyunturas en las que los jueces se ven instados a tomar decisiones de alto calado político, bien como consecuencia de la iniciación de procesos en los que están implicados políticos, bien cuando se trasladan hacia ellos las resoluciociones de problemas de carácter marcadamente políticos.

En este epígrafe entrarían los casos de la corrupción y el protagonismo que han adquirido los jueces cuando se ven en la tesitura de dirimir casos en los que están implicados presidentes, expresidentes o diputados.

Este creciente activismo judicial es la antesala de la judicialización de la política, como condición necesaria (que no suficiente) para el desarrollo del fenómeno61 .

Tate y Vallinder (1995) acuñaron el término para referirse a algo tan etéreo como el aumento de la influencia de los tribunales en asuntos considerados políticos.

En términos generales, la judicialización va asociada al activismo judicial, y se manifiesta especialmente62 cuando los tribunales actúan en casos con amplia repercusión política o en el que están implicados políticos de alto rango (como en los casos de la Parapolítica en Colombia63 o Lava Jato en Brasil 64).

Esta situación es especialmente clara en situaciones de incertidumbre política, avalando la tesis de Guarniari y Pederzoli (1999) quienes detectaron una relación entre el papel activo de los jueces y la consecuente judicialización, y los contextos de inestabilidad o de fragmentación del poder.

En estas condiciones, el poder judicial se puede constituir en un actor esencial para regular e intervenir en temas denominados de megapolítica, de acuerdo al planteamiento de Hirschl (2008).

De acuerdo con esto, los casos de corrupción en los que están implicados políticos o que afectan a grandes tramas políticas, denunciados por organizaciones sociales, por las fiscalías o promovidos por la acción desarrollada en otros países, implican, en la práctica, la intervención de los poderes judiciales, lo que necesariamente supone una presencia pública y una exposición mediática indudable.

Esta situación supone un riesgo evidente de instrumentalización de la justicia, pues su intervención genera consecuencias políticas que pueden desencadenar ganancias o pérdidas para los diversos actores políticos.

Más allá del contenido específico de los casos de corrupción en los que están implicados presidentes, expresidentes, diputados, ministros y otros cargos políticos, el mero inicio o proceso tiene un impacto que resulta muy “apetitoso” en términos de contienda o competencia política.

Así pueden explicarse casos como los de Dilma Roussef y Lula Da Silva en Brasil, las acusaciones contra Rafael Correa en Ecuador, el caso del Cementazo en Costa Rica o la implicación del hijo de Bachelet en Chile, entre otros.

Los casos de corrupción no solo son síntoma de una forma de concebir lo público y de la debilidad de los sistemas democráticos, sino que se convierten, además, en instrumento político, como un activo o un arma arrojadiza en manos de actores que la puedan utilizar —y la utilizan— en la contienda política.

Este proceso se puede llevar a cabo con o sin la connivencia de los poderes judiciales. Dependerá de cada situación, del grado de independencia de los poderes judiciales o de su grado de politización, que participen o no de este proceso.

Casos como el de Guatemala, en el que se declaró inelegible a Thelma Aldana, o el de Brasil, con Lula da Silva, son paradigmáticos.

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